Ayer asistimos en el instituto a una boda griega. Dos alumnos de bachillerato se casaron e invitaron al evento a dioses, profesores y alumnos.



Después nos invitaron a un banquete griego cocinado por los propios alumnos.

Y, al final, terminamos bailando.

Fue genial. Felicidades a Lali, la gran culpable de que pasáramos ese buen rato y un beso de ánimo a la lorquina.